En la última reunión del Comité de Empresa con la Delegada Provincial de Sevilla del pasado 3 de marzo tuvieron lugar una serie de acontecimientos que, dada su gravedad, queremos poner en vuestro conocimiento.
No detallaremos aquí de nuevo los puntos del orden del día que podéis ver en el acta que ya se ha publicado en los tablones de los recursos, pero sí queremos contar lo que nunca se refleja en las actas y destacar la actitud negativa de nuestra delegada. Actitud que, lamentablemente, no es sino un fiel reflejo de la que habitualmente mantiene hacia sus subordinados.
Nos resulta difícil de entender por qué si, según dijo el gerente, no se han producido recortes presupuestarios en materia de personal (salvo los que ya hemos sufrido vía decreto), la delegación provincial decide dejar sin cubrir los distintos permisos retribuidos o bajas por incapacidad temporal. La aclaración que nos da el técnico del equipo de la delegación provincial es que esto lo hacen bajo su propia responsabilidad, y es desde la delegación desde donde (según él, tras consultar a los responsables de unidad) se decide si se cubren o no los permisos y bajas dejando los centros de trabajo en servicios mínimos. Nos parece entender que, al menos en esta materia, no les da sonrojo ignorar los criterios de la gerencia.
Cuando evidenciamos la penosidad con la que se trabaja en más de uno de nuestros centros de trabajo, y que cada día es más común en la generalidad de esta fundación, nuestra delegada la achaca a un problema de organización del trabajo que, según ella, requiere de muchos cambios, empezando por la base. Esta perspectiva despierta, lógicamente, nuestra extrañeza: los turnos cubiertos con mínimos de personal, siguiendo el criterio organizativo de la dirección de FAISEM, no generan, según ellos, cargas de trabajo extra ni situaciones de mayor penosidad; es la base, siempre según ellos, la que debe cambiar (¿los trabajadores? ¿o los principios fundamentales de nuestra fundación? Fue un balón fuera muy arriesgado, que merecería un debate más profundo).
Cuando le solicitamos que cumpla con la obligación de informar a la representación de los trabajadores, obligación que le fue requerida, además, por la inspección de trabajo, y que lleva incumpliendo más de un año, la delegada retoma la actitud prepotente que en ella es habitual y responde, literalmente: “¿Y quién es la inspección de trabajo para organizarme a mí mi trabajo?”. Ya se ha convertido en algo habitual que nuestra delegada se niegue de forma sistemática a brindarnos cualquier tipo de información o respuestas a nuestras peticiones, incluso incumpliendo los requerimientos de la inspección de trabajo. Lo cual le confiere una mayor gravedad, al situarse por encima de la ley.
Esta actitud prepotente e irrespetuosa que la Delegada Provincial de Sevilla mostró en esta reunión, ya se repite más veces de las que nos gustaría, dirigiéndose a los representantes de los trabajadores en un tono de voz elevado, agresivo y despectivo del que todos los presentes, tanto miembros del Comité de Empresa como miembros de la parte empresarial, fuimos testigos.
Tenemos constancia de que esta forma de tratar a la representación de los trabajadores es habitual en la señora delegada cuando se dirige a los trabajadores, a sus subordinados. Y se hizo más evidente al abordar en Ruegos y Preguntas determinados temas que obligaron a este comité a informar de las amenazas y coacciones recibidas por una trabajadora y representante de los trabajadores por parte de uno de sus responsables. Ante tal despropósito, y ante la actitud de desprecio y pasividad que mostró la delegada tras poner en duda las palabras de los miembros del Comité de Empresa, si no se depuran responsabilidades, no sería descabellado pensar que esta situación no es más que una discriminación, debida a la condición de delegada sindical de la trabajadora, auspiciada por la propia Delegada Provincial como última responsable de FAISEM en nuestra provincia.
Comete además nuestra Delegada Provincial una violación de la confidencialidad del correo privado que remite la anterior trabajadora y que tenía como destinatario a un técnico de la delegación y no a la propia Delegada Provincial, haciendo público ésta última el contenido de la misiva en una reunión en la que estaban presentes nueve personas pertenecientes tanto a la parte social como a la empresarial.
Viene siendo además habitual que la Sra. Delegada y el técnico que con ella participa en estas reuniones no presten atención a las intervenciones de los miembros del comité de empresa o reaccionen a éstas de forma jocosa y burlesca, llegando incluso, en varias ocasiones, a tener los representantes de los trabajadores que dejar de exponer los asuntos recogidos en el orden del día y llamarles la atención porque la parte empresarial no estaba atendiéndoles. Falta de respeto y desconsideración.
Consideramos que la delegada provincial de Sevilla está haciendo un uso indebido de su cargo y está ejerciendo un evidente abuso de autoridad cuando menosprecia e intimida a los delegados allí presentes de una forma absolutamente inaceptable.
Con esta actitud de la Delegada Provincial, ante un Comité de Empresa que representa a más de 250 trabajadores, no está faltando al respeto sólo a los delegados sindicales que con ella se reúnen, sino a todos los trabajadores a los que éstos representan. No se ríen nuestra delegada y su técnico de un comité de empresa, sino de los más de 250 trabajadores de la provincia de Sevilla.
Por supuesto esta forma de actuar de la delegada provincial de Sevilla ha sido puesta en conocimiento de la gerencia de la FAISEM.
Señoras y señores; así es una reunión del Comité de Empresa de FAISEM Sevilla con su Delegada Provincial. No es la primera vez que sufrimos estas faltas de respeto a los trabajadores, pero esperamos que sea la última.
Es una pena que tengamos que recordarle a una persona que ostenta un cargo de tanta responsabilidad que hay muchos trabajadores que están a su cargo y que lo único que quieren es hacer su trabajo con unas mínimas garantías y un mínimo de respeto y reconocimiento.