Hoy vemos cómo distintas Comunidades Autónomas, tanto gobernadas por el PP (Madrid, Galicia, Castilla-La Mancha), o por CiU (Cataluña) o de coalición (Navarra, coalición PSOE-UPN) están aplicando recortes en servicios públicos esenciales como la sanidad o la enseñanza.
La CEOE, representante de los empresarios, acaba de hacer públicas sus propuestas para el nuevo gobierno. Los empresarios lo tienen claro: reducir el gasto público y privatizar servicios públicos, reducción sustancial de las cotizaciones sociales, rebajar los impuestos a las empresas, reducción sustancial del coste del despido, creación de nuevos contratos-basura, rebajas de los salarios, recortar el derecho de Huelga, privatizar la enseñanza, copago en la sanidad y la justicia etc.
Al mismo tiempo, el gobierno de Cataluña acaba de hacer públicas sus nuevas propuestas para la sanidad pública (donde ya han despedido a miles de trabajadores y cerrado cientos de camas hospitalarias y servicios de urgencias). El gobierno catalán propone convertir los hospitales públicos en empresas con ánimo de lucro, eliminar las oposiciones y convertir los contratos en “flexibles”.
Los trabajadores se resisten.
Cuando Esperanza Aguirre pretende despedir a 3000 interinos, se ha encontrado con una huelga masiva de profesores, organizada en asambleas masivas con participación de los sindicatos, y con manifestaciones de 60.000 enseñantes, padres y alumnos. Artur Mas se ha enfrentado a huelgas y manifestaciones de los trabajadores de la sanidad.
Los hechos demuestran que para imponer estas brutales medidas de recorte de derechos sociales y laborales, necesitan aplastar toda resistencia. Y para eso en necesario acabar con las organizaciones de los trabajadores, los sindicatos. Los trabajadores sólo podemos actuar para defender nuestros derechos si estamos organizados.
Una brutal campaña.
Para acabar con los sindicatos, los enemigos de los trabajadores están haciendo dos cosas.
Por un lado, están recortando derechos sindicales, reduciendo las horas y eliminando liberados sindicales.
Por otro lado, organizan una brutal campaña de propaganda contra los sindicatos, en la que todo vale.
Por ejemplo, sin ir más lejos, la semana pasada titulares de prensa decían a todo bombo que “la Junta da 9,5 millones a UGT y CCOO” “la Junta incrementa las ayudas a UGT y CCOO”. ¿Cuál era la noticia real?: el Servicio Andaluz de Empleo tiene 314 unidades de orientación a desempleados, el plan “Andalucía Orienta”. Esas unidades las llevan ayuntamientos, diputaciones, organizaciones empresariales y sindicatos. En concreto, UGT y CCOO mantienen 56 de estas oficinas de atención y orientación a desempleados, que tienen 304 empleados, orientadores laborales. El dinero aprobado por la Junta no va para UGT y CCOO, sino para mantener esas 56 unidades de orientación a desempleados, y los sindicatos tienen que justificar que este dinero se ha dedicado a este fin, y no a actividades propias del sindicato. La prensa convierte esto en subvenciones a UGT y CCOO.
La brutal campaña se repite un día tras otro, aplicando la idea del teórico de la propaganda nazi, Goebbels, que decía que una mentira, si se repite el número suficiente de veces, se convierte en una verdad. Algunos sindicatos pequeños se suman a ella esperando pescar en río revuelto (aunque luego ellos también ponen la mano y reciben subvenciones).
Los sindicatos tenemos que reconsiderarnos y repensarnos.
Tampoco vamos a engañarnos. Los sindicatos tenemos que cambiar algunas de las cosas que hemos hecho, tenemos que debatir para cambiar algunas o muchas cosas. Tenemos que estar preparados para dialogar con los trabajadores, para organizar con ellos la defensa de los derechos y los servicio públicos que los trabajadores, junto con nuestras organizaciones, hemos arrancado con nuestra lucha.
Puede que algunas cosas no nos hayan ido bien con los sindicatos. Pero seguro que si nuestros enemigos consiguieran acabar con los sindicatos, las cosas estarían mucho peor, y los trabajadores mucho más indefensos.
los trabajadores estamos un poco hartos de tener representantes profesionales del sindicalismo y la política, deberíamos quitarnos de una vez el complejo de que son los demás los que saben, son los demás los que nos organizan convenios...ya es hora de que nos organicemos y representemos nosotros mismos...
ResponderEliminarUn sindicato es precisamente trabajadores organizados
ResponderEliminarigual que una confederación de empresarios son empresarios organizados, lo mismo ocurre con los partidos políticos son organizaciones de ciudadanos que piensan de forma semejante.La única forma de que nuestra sociedad mejore es precisamente con este tipo de organizaciones por muchos defectos que tengan.
un sindicato es un órgano burocrático al servicio de la empresa y de la administración,que son los que los mantiene, cada vez están más lejos de los intereses de los trabajadores
ResponderEliminarCon los tiempos que corren es comprensible que a los sindicatos les lluevan las críticas. Pero también es muy fácil hacerlo sin proponer alternativas ni soluciones. Y es bastante irresponsable querer tirar por tierra la labor que, desde hace más de siglo y medio, han realizado los sindicatos, las asociaciones de trabajadores, que es lo que en realidad deben ser. Teniendo esto en cuenta, quizá sería más provechoso y honesto unirse a alguna de estas asociaciones sindicales (hay bastante más de dos; alguna cubrirá nuestras expectativas y satisfará nuestra confianza) y, desde esa militancia, contribuir a la defensa de los derechos de los trabajadores, y no verlo como algo que nos es ajeno. Ya lo decía mi abuelo (sindicalista de clase en épocas más turbulentas y menesterosas que las actuales): “A dios rogando y con el mazo dando”.
ResponderEliminarY que nadie se llame a engaño: si el lunes se obtiene en el juicio el resultado deseado, a favor de nuestro compañero de Osuna, ( o el martes a favor de nuestra compañera de Sevilla, que también hay otro caso, aunque se haya tratado con menos publicidad), los trabajadores que, desde nuestra responsabilidad y compromiso, hemos estado batallando por llevar este asunto (y otros muchos) a buen puerto, tendremos motivos para echar una caña de celebración. Pero si las cosas saliesen torcidas, nadie, salvo anónimos facilones e irresponsables, podrá decir que los compañeros sindicalistas no hemos batallado cuanto hayamos podido porque el resultado fuese de otro color.
ResponderEliminarAún estamos a tiempo. Dejemos de ser exigentes espectadores y pasemos a la acción. El lunes 28 de noviembre, acudamos a la concentración a las 10:30, a las puertas de los juzgados en el edificio Noga, sito en Avda. de la Buhaira nº 26 de Sevilla, en la que exigiremos la inmediata readmisión de nuestro compañero despedido.
¡Abraham somos todos!
Permitir este atropello es darle alas a la fundación pública FAISEM para actuar impunemente de una forma absolutamente inmoral e inadmisible.
MAÑANA PUEDES SER TÚ.
450 organismos públicos para corregir el déficit....¿FAISEM será uno de ellos?
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