- Reunión del comité intercentros el 30 de junio, rechazando las medidas;
- Escrito de los delegados de CC.OO. a la gerencia alegando razones que avalan la no aplicación del decreto al personal de FAISEM;
- Concentraciones ante el Parlamento andaluz;
- Promoción de una pregunta parlamentaria a la consejera de salud;
- Interposición por parte de CC.OO. de conflicto colectivo;
Y un largo etcétera que, en su mayoría puede seguirse a través de este blog o por la información que se os va enviando.
A través de esa información se ha comentado la paralización en la negociación del convenio, fundamentalmente porque carece de sentido negociar un convenio a cuyo cumplimiento la empresa no se siente obligada; y porque negociar el capítulo retributivo es sinónimo de legitimar el atropello.
Los comités de empresa de diversas provincias han denunciado ante las inspecciones provinciales de trabajo la progresiva precarización de los turnos de trabajo. Los compañeros de Sevilla hemos remitido numerosos informes a la delegación y a la gerencia advirtiendo de los riesgos para trabajadores, usuarios y para la calidad del servicio de esta precarizacion. Y siempre nos encontramos con el decreto regulador de los mínimos. Y a los mínimos recurre FAISEM.
Algo semejante ocurre con los nuevos turnos. Son varios los informes de la representación de los trabajadores (no solo de los de Sevilla) sobre el recorte real de plantilla y el empeoramiento de las condiciones de trabajo que suponen los nuevos cuadrantes. Aquí topamos con que es la dirección la que tiene la potestad de organizar el trabajo.
Y podíamos seguir añadiendo a la lista ¿qué pasa con la formación? ¿con nuestra consideración laboral? ¿con nuestra inclusión en la reforma del sistema público? ¿con los procesos de selección y su falta de publicidad y transparencia? Y más y más…..
Y a pesar de todo ¿qué pasa? A lo peor, lo que pasa es que todavía no hemos sido capaces de plantarnos, colectivamente, y decir con firmeza lo que tengamos que decir. A lo peor lo que pasa es que se convocan asambleas y estamos cuatro. A lo peor lo que pasa es que ante el Parlamento, reclamando nuestros derechos, nos juntamos los cuatro de antes y dos más. O que seguimos sin reclamar por escrito la denegación de asuntos propios. O que nos quejamos anónimamente en este blog y no somos capaces de quitarnos la careta y dar la cara. A lo peor, lo que pasa es que todavía no estamos lo suficientemente oprimidos para decir ¡basta ya! A lo peor lo que pasa es que seguimos pensando que son los otros los que tienen que arreglarme los problemas.
Pues va a ser esto, que se nos ha olvidado el refrán: a dios rogando y con el mazo dando.
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