¿OBJETIVO CUMPLIDO?

El jueves, 14 de octubre, los trabajadores (sin distinción de género) de FAISEM conseguimos hacernos oír en la calle, con nuestra presencia, numerosa para lo que se cuece por nuestros barrios (ya he leído, igual que vosotros cuales han sido las luces y las sombras en cuanto a participación). Nuestras consignas, nuestra queja, la problemática que llevábamos, llego a muchas personas que nos oyeron, allí y más tarde en los diferentes medios de comunicación que se hicieron eco.

Pero, además, nos hicimos oír en el Parlamento de Andalucía. Que los representantes de la ciudadanía andaluza (sin distinción de género) nos recibiesen, escuchasen y se comprometiesen a tenernos en cuenta, es realmente importante para nosotros. Y creo que lo es por un doble motivo.

Por un lado, renace la esperanza de que podamos mejorar nuestra actual situación laboral, profesional y, quizá, hasta la económica pues, personas cercanas a los órganos de poder, se han brindado a intentar soluciones.

Y por otro, hemos superado un difícil escollo: el que surgió a finales de junio, cuando nuestro gerente se declaro no competente para defender los intereses de los trabajadores de FAISEM (la no aplicación de la reducción del 5%), y que supuso, de hecho, el final de la negociación del convenio y, lo que es peor, que la gerencia incumpliera el mismo en materia salarial, amparándose en una norma que a nosotros jamás se nos debió aplicar. La superación consiste en que nos hemos acercado a las instancias a las que el gerente señala como responsables de la aplicación del decreto.

No es gran cosa, pero algo es algo. Sobre todo es algo que seamos capaces de expresarnos, de hacernos oír más allá de los muros de nuestro convento. Está claro, (lo está hace tiempo) que el camino más indicado para conseguir nuestros objetivos no es el del dialogo con la "parte empresarial". Ellos tienen que cumplir con sus obligaciones y sus objetivos de empresa. Es a nosotros, a la parte social, a la que, parece ser, nos corresponde luchar por el "objeto social" y por que las personas que trabajan para conseguirlo (sin distinción de género) lo hagan en condiciones dignas y que aseguren una atención digna.

Vosotros me entendéis.

Por lo tanto, ¿hemos cumplido nuestro objetivo? NO, solo hemos empezado, una vez más, el camino hacia el que debe ser nuestro objetivo y que todos conocemos: el reconocimiento efectivo de nuestro trabajo, la equiparación salarial y profesional. Pero para que sea posible es necesario que seamos cada vez más las voces que, con respeto pero con decisión, con calma pero con convicción, traslademos allá a donde vayamos nuestro mensaje al unisonó. Y, la próxima vez que nos reunamos, al hacer balance sobre la participación (sin distinción de género), las luces no dejen ver las sombras."

Héctor.